Pequeños mundos...

Ayer hablaba con un amigo que cumplía años y después de decirle lo mucho que lo quiero y cortar, me acordaba de cuando le conté que me venía al sur... Su primera reacción fue decirme que estaba loca (y creo que lo sostiene, je!), después se le llenaron los ojos de lagrimas y me putió bastante!... pero con los días fue haciéndose a la idea y al despedirnos sentí que su abrazo fue “más” que un “que te vaya bien!”...

Siempre hay tiempo en esta vida de doblar un nuevo recodo en la búsqueda del cambio que nos haga crecer… de nutrirnos de otras ideas o gustos… La mayoría de las veces, creo, en las diferencias está la riqueza del crecimiento con otros. En nuestra apertura para aceptar otra mirada, otra opinión, otro gusto está la posibilidad de mirar las situaciones desde otro prisma, la alegría de saborear cosas nuevas que nos eran desconocidas y que nos habíamos negado por desconocimiento, por prejuicios o herencias de formación. Estoy convencida de eso y en las elecciones esta el desafío, no?
Un cuento dice que un discípulo se acercó al maestro, quejándose amargamente porque los terrenos que cada día debía recorrer durante sus tareas eran escarpados, plagados de obstáculos y de malezas. Tras escucharlo, el maestro, con inmensa dulzura, le aconsejó: "Comienza a usar zapatillas...alfombrar toda la tierra nos saldría muy caro".Vivimos tratando de cambiar el mundo...Y abarcamos tanto en el proyecto que éste se torna inabarcable. Y muchas veces nos quejamos de todos los obstáculos que nos impiden hacer grandes cosas...Sin embargo, hay a nuestro alrededor innumerables pequeños mundos que sí podemos cambiar. Tareas de las que podemos hacernos cargo y cuya realización modificaría positivamente nuestra vida y la de otros.
¿Por qué no empezamos por ahí?....Tal vez si iniciamos la labor en nosotros mismos, como la piedra que cae en el lago, formaríamos círculos que nos permitirían caminar por la vida en la parte menos áspera y dificultosa.
En las elecciones está el desafío, no?